"Los mas sorprendente es que funcionaron casi de manera igual, en términos de aliviar la soledad y hacer que los residentes desarrollaran lazos de apego", explica el doctor William Banks, profesor de medicina geriátrica y uno de los auteores del estudio, que se ha publicado en 'Journal of the American Medical Directors Association'.
Banks asegura que las mascotas han demostrado ser capaces de aliviar el sentimiento de aislamiento de las personas mayores.
"Realmente reducen la soledad de manera considerable", señala el doctor.
Pero muchos ancianos son demasiado débiles para cuidar a una mascota o tuvieron que renunciar a sus propios animales cuando ingresaron al asilo. "Ellos echan mucho de menos ese lazo afecivo", comenta Banks.
Así que Banks y sus colegas decidieron estudiar si un can falso puede ofrecer también algo de consuelo.
Tres grupos
Los investigadores estudiaron a 38 residentes de asilos, a los que dividieron en tres grupos. Uno tuvo visitas regulares de la mascota de Banks, 'Sparky' ('Chispita'); otro recibió visitas del robot "AIBO", fabricado por Sony, que usa algunos algoritmos de inteligencia artificial para interactuar con su medioambiente y expresar emociones.
El tercer grupo no recibió visitas de ningún perro.
Banks cuenta que, en un principio, estaba seguro de que 'Sparky' tenía ventaja. Pero, para su sorpresa, ambos perros proporcionaron prácticamente el mismo consuelo tras siete semanas de visitas.
Aunque la fabricación de AIBO ha sido interrumpida, Banks cree que robots similares podrían ofrecer compañía a la gente mayor e incluso podrían ser programados para vigilar a sus propios dueños, alertando a los servicios de emergencia en caso de una caída o accidente.
"La soledad es común en los asilos de ancianos. Los robots podrían ser muy útiles para la gente que, por cualquier motivo, no puede tener acceso a un perro vivo", concluye Banks.